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no perdáis la cabeza ni os alarméis por ciertas profecías,[a] ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan: «¡Ya llegó el día del Señor!» No os dejéis engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios[b] y manifestarse el hombre de maldad,[c] el destructor por naturaleza.[d] Este se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios.

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Footnotes

  1. 2:2 por ciertas profecías. Lit. por espíritu.
  2. 2:3 la rebelión contra Dios. Lit. la apostasía.
  3. 2:3 maldad. Var. pecado.
  4. 2:3 el destructor por naturaleza. Alt. el que está destinado a la destrucción. Lit. el hijo de la destrucción.